- Mantener un peso adecuado.
- Aumentar el consumo de verduras, para que junto con frutas, cereales y legumbres constituyan la
base de la alimentación.
- Consumir diariamente fruta fresca.
- Aumentar el consumo de fibra, ya que su aporte adecuado es crucial para la salud cardiovascular.
- Sustituir lácteos enteros por desnatados.
- Reducir el consumo de carnes grasas.
- Aumentar el consumo de pescados, especialmente los azules.
- Limitar el consumo de huevos a 2-3 raciones por semana.
- Utilizar como aceite de elección el aceite de oliva y evitar el consumo de aceites tropicales, generalmente presentes en los alimentos precocinados e industriales (de palma, palmiste y coco).
- Leer las etiquetas y evitar el consumo de aquellos alimentos que contienen ácidos grasos trans, especialmente los snacks.
- Evitar alimentos preparados con azúcar, productos de repostería y pastelería. Así como productos precocinados.
- Cocinar los alimentos empleando la menor cantidad de aceite posible, siendo preferible la cocción, el asado, la plancha y el papillote.
- Realizar ejercicio físico moderado y dinámico de forma regular.
- Evitar el tabaco y las bebidas alcohólicas de alta graduación.
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